miércoles, 16 de octubre de 2013

PRONUNCIAMIENTO DE MUJERES ASISTENTES AL EVENTO CONMEMORATIVO DEL 60 ANIVERSARIO DEL VOTO DE LAS MUJERES EN MÉXICO

El derecho de las mujeres a participar en el ámbito de la política es reconocido en la actualidad como un derecho humano fundamental, como un requisito básico para la igualdad entre mujeres y hombres, el respeto pleno a la ciudadanía y el fortalecimiento de la democracia.

Existen diversos instrumentos internacionales y nacionales que reconocen y salvaguardan los derechos políticos de las mujeres, entre los que se encuentran la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; Convención para eliminar todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW); Convención para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra la Mujer (Belém do Pará) todos ratificados por México. En el plano nacional contamos con la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres; Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación; además de las relativas leyes a nivel estatal.

Estas leyes nos han permitido avanzar, sin embargo, no lo suficiente, razón por la cual organismos internacionales han hecho recomendaciones a México para impulsar y sobre todo, hacer cumplir los mecanismos necesarios para lograr la plena participación de las mujeres, como es el caso del Comité de la CEDAW que hizo las siguientes observaciones en relación a los derechos políticos de las mujeres, en su 7º y 8º informe consolidados.
  • Revocación de disposiciones discriminatorias contra las mujeres, como el párrafo 2 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) así como eliminar los obstáculos que impiden que las mujeres participen en la vida política de sus comunidades, en particular las mujeres indígenas.
  • Asegure que los partidos políticos cumplan con su obligación de asignar el 2% del financiamiento público que reciben a la promoción del liderazgo político de las mujeres, en especial de las mujeres indígenas a nivel municipal.

En consideración a lo expuesto, podemos afirmar que en nuestro país se cuenta con un marco jurídico que contiene las bases necesarias para lograr la plena incorporación de las mujeres en la toma de decisiones y en la vida política: lamentablemente aún no existen los mecanismos adecuados para hacer exigible y efectivo este marco jurídico. No hemos alcanzado la plena participación política en condiciones de paridad, a la par subsisten los múltiples obstáculos en el acceso y permanencia de las mujeres en los espacios de poder, de toma de decisiones  y cargos de representación política.

Como mujeres consideramos es un problema estructural que requiere mecanismos que aseguren la participación equilibrada entre mujeres y hombres en espacios de toma de decisiones, ya que no puede existir democracia si a las mujeres se nos impide el ejercicio efectivo del poder político.

La participación política no está restringida a cuestiones exclusivamente electorales o a la inclusión en el ámbito gubernamental, implica la incidencia en la vida cotidiana y la reforma gradual en las condiciones de la vida de las mujeres donde realmente se cumplan y se disfruten las leyes, y por ende, den cuenta del derecho a una vida libre de violencia.

La democracia paritaria no es exclusiva de un incremento de mujeres en cargos de elección popular, es un fenómeno que incide de mayor a menor reflejándose en los diferentes ámbitos en los que las mujeres hemos sido discriminadas y excluidas por razón de género, implica también el reparto equilibrado de derechos, responsabilidades y estructuras de poder entre mujeres y hombres.

En respuesta proponemos lo siguientes puntos a considerar.

En relación a la integración paritaria de órganos de dirección dentro de los partidos recomendamos las siguientes acciones:
  • Política incluyente por ende una democracia plena
  • Reforma de estatutos de los partidos para incluir la paridad, y los que ya la tienen establecida, incluir sanciones en la Ley Electoral del Estado.
  • Importancia de formar alianzas entre las mujeres para impulsar la paridad.


En relación a las condiciones de formación de liderazgos políticos de las mujeres desde los partidos políticos consideramos:
  • Insuficiente capacitación en términos de formar y promover liderazgos políticos y se realiza únicamente en épocas electorales.
  • El financiamiento destinado para la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres no se aplica adecuadamente.
  • La capacitación debe permear a todas las mujeres del partido, sobre todo a la base.
  • La capacitación debe incluir perspectiva de género.
  • Sanciones a los partidos que no destinen el recurso destinado para la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
  • Que dicho recurso sea entregado a las titulares de los organismos de las mujeres de los diferentes partidos.
  • Es necesario reglamentar la fiscalización en el uso del financiamiento destinado a los partidos políticos para la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo de político de las mujeres.
  • Es importante ejercer el derecho a la información en los partidos políticos y órganos electorales.

En cuanto a lograr una formación de liderazgos políticos femeninos efectivos y participación política en la población indígena consideramos:
  • Capacitar a las mujeres indígenas para que construyan su propia ciudadanía.
  • Destinar recursos para la capacitación de las mujeres indígenas.
  • Es necesario que los Institutos Electorales (federal y estatal) impulsen una política pública para empoderar a las mujeres indígenas.


En relación a medidas de detección, prevención, atención y sanción sobre violencia política hacia las  mujeres es necesario:
  • Tipificar la violencia política en la Ley Estatal del Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
  • Visibilizar los diferentes tipos de violencia política.

Así mismo a los partidos políticos y órganos electorales les corresponde:
  • Fomentar la participación democrática de la ciudadanía en los asuntos políticos y promover la cultura democrática con perspectiva de género respectivamente.

Cuando estudiamos la historia política de las mujeres constatamos la invisibilidad histórica a la que hemos sido sometidas, no solo no hemos figurado en la historia universal, quienes nos han descrito y decidido sobre nuestras vidas e ideas han sido hombres, y esto nos ha llevado a no ser escuchadas más que –en algunos casos- en el espacio privado, por ello, le recordamos a los diversos poderes que bajo principios de justicia, ética y equidad que deben caracterizar nuestro estado de derecho, tomen en cuenta la valiosa reflexión de Norberto Bobbio al referirse al funcionamiento de una nación desde todas sus estructuras “El mejor termómetro para medir el grado de civilización de un pueblo es la situación de sus mujeres.”


IFE 8º Distrito y Movimiento de Mujeres del Municipio de Chihuahua

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