El derecho de las mujeres a participar
en el ámbito de la política es reconocido en la actualidad como un derecho
humano fundamental, como un requisito básico para la igualdad entre mujeres y
hombres, el respeto pleno a la ciudadanía y el fortalecimiento de la
democracia.
Existen diversos instrumentos
internacionales y nacionales que reconocen y salvaguardan los derechos
políticos de las mujeres, entre los que se encuentran la Convención sobre los
Derechos Políticos de la Mujer, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos; Convención para eliminar todas las formas de Discriminación contra
la Mujer (CEDAW); Convención para
la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra la Mujer (Belém do Pará) todos ratificados
por México. En el plano nacional contamos con la Ley General para la Igualdad
entre Mujeres y Hombres; Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación; además de las relativas leyes a nivel estatal.
Estas leyes nos han permitido avanzar,
sin embargo, no lo suficiente, razón por la cual organismos internacionales han
hecho recomendaciones a México para impulsar y sobre todo, hacer cumplir los
mecanismos necesarios para lograr la plena participación de las mujeres, como
es el caso del Comité de la CEDAW que hizo las siguientes observaciones en
relación a los derechos políticos de las mujeres, en su 7º y 8º informe
consolidados.
- Revocación de
disposiciones discriminatorias contra las mujeres, como el párrafo 2 del
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) así como
eliminar los obstáculos que impiden que las mujeres participen en la vida
política de sus comunidades, en particular las mujeres indígenas.
- Asegure que
los partidos políticos cumplan con su obligación de asignar el 2% del
financiamiento público que reciben a la promoción del liderazgo político
de las mujeres, en especial de las mujeres indígenas a nivel municipal.
En consideración a lo expuesto, podemos
afirmar que en nuestro país se cuenta con un marco jurídico que contiene las
bases necesarias para lograr la plena incorporación de las mujeres en la toma
de decisiones y en la vida política: lamentablemente aún no existen los
mecanismos adecuados para hacer exigible y efectivo este marco jurídico. No
hemos alcanzado la plena participación política en condiciones de paridad, a la
par subsisten los múltiples obstáculos en el acceso y permanencia de las
mujeres en los espacios de poder, de toma de decisiones y cargos de representación política.
Como mujeres consideramos es un
problema estructural que requiere mecanismos que aseguren la participación
equilibrada entre mujeres y hombres en espacios de toma de decisiones, ya que
no puede existir democracia si a las mujeres se nos impide el ejercicio
efectivo del poder político.
La participación política no está
restringida a cuestiones exclusivamente electorales o a la inclusión en el
ámbito gubernamental, implica la incidencia en la vida cotidiana y la reforma
gradual en las condiciones de la vida de las mujeres donde realmente se cumplan
y se disfruten las leyes, y por ende, den cuenta del derecho a una vida libre de
violencia.
La democracia paritaria no es exclusiva
de un incremento de mujeres en cargos de elección popular, es un fenómeno que
incide de mayor a menor reflejándose en los diferentes ámbitos en los que las
mujeres hemos sido discriminadas y excluidas por razón de género, implica
también el reparto equilibrado de derechos, responsabilidades y estructuras de
poder entre mujeres y hombres.
En respuesta proponemos lo siguientes
puntos a considerar.
En
relación a la integración paritaria de órganos de dirección dentro de los
partidos recomendamos las siguientes acciones:
- Política
incluyente por ende una democracia plena
- Reforma de
estatutos de los partidos para incluir la paridad, y los que ya la tienen
establecida, incluir sanciones en la Ley Electoral del Estado.
- Importancia
de formar alianzas entre las mujeres para impulsar la paridad.
En
relación a las condiciones de formación de liderazgos políticos de las mujeres
desde los partidos políticos consideramos:
- Insuficiente
capacitación en términos de formar y promover liderazgos políticos y se
realiza únicamente en épocas electorales.
- El
financiamiento destinado para la capacitación, promoción y desarrollo del
liderazgo político de las mujeres no se aplica adecuadamente.
- La
capacitación debe permear a todas las mujeres del partido, sobre todo a la
base.
- La
capacitación debe incluir perspectiva de género.
- Sanciones a
los partidos que no destinen el recurso destinado para la capacitación,
promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
- Que dicho
recurso sea entregado a las titulares de los organismos de las mujeres de
los diferentes partidos.
- Es necesario
reglamentar la fiscalización en el uso del financiamiento destinado a los
partidos políticos para la capacitación, promoción y desarrollo del
liderazgo de político de las mujeres.
- Es importante
ejercer el derecho a la información en los partidos políticos y órganos
electorales.
En
cuanto a lograr una formación de liderazgos políticos femeninos efectivos y
participación política en la población indígena consideramos:
- Capacitar a las mujeres indígenas
para que construyan su propia ciudadanía.
- Destinar recursos para la
capacitación de las mujeres indígenas.
- Es necesario
que los Institutos Electorales (federal y estatal) impulsen una política
pública para empoderar a las mujeres indígenas.
En
relación a medidas de detección, prevención, atención y sanción sobre violencia
política hacia las mujeres es necesario:
- Tipificar la
violencia política en la Ley Estatal del Derecho de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia.
- Visibilizar
los diferentes tipos de violencia política.
Así
mismo a los partidos políticos y órganos electorales les corresponde:
- Fomentar la
participación democrática de la ciudadanía en los asuntos políticos y
promover la cultura democrática con perspectiva de género respectivamente.
Cuando estudiamos la historia política
de las mujeres constatamos la invisibilidad histórica a la que hemos sido
sometidas, no solo no hemos figurado en la historia universal, quienes nos han
descrito y decidido sobre nuestras vidas e ideas han sido hombres, y esto nos
ha llevado a no ser escuchadas más que –en algunos casos- en el espacio
privado, por ello, le recordamos a los diversos poderes que bajo principios de
justicia, ética y equidad que deben caracterizar nuestro estado de derecho,
tomen en cuenta la valiosa reflexión de Norberto Bobbio al referirse al
funcionamiento de una nación desde todas sus estructuras “El mejor termómetro para medir el grado de civilización de un pueblo
es la situación de sus mujeres.”
IFE 8º
Distrito y Movimiento de Mujeres del Municipio de Chihuahua
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