HACIENDO DE LA MEMORIA UN VERBO
H.I.J.O.S. México 15 años de lucha
México, D.F., 26 de febrero de 2015
Un
día como hoy hace 15 años, un grupo de jóvenes, de México y de otros países de
América Latina nos reunimos para conocernos, para compartir nuestras historias
y trazar este camino de organización, resistencia y lucha. Lo hicimos
reconociéndonos como hijas e hijos de: las y los desaparecidos políticos, las y
los asesinados, las y los exiliados y las y los ex presos políticos. Hijas e
hijos de una misma historia de lucha y dignidad.
Nuestra
lucha la hemos construido desde la alegría, la sonrisa y la vida; no nos
postramos ante el dolor y la incertidumbre, nos organizamos y colectivizamos
los sueños y las exigencias, así retomamos los escraches para señalar a los
represores, genocidas y sus cómplices, creamos los renombramientos de calles
para dignificar el espacio público, porque nadie merece vivir en la calle con
el nombre de un represor, un genocida
como Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría Álvarez. Optamos por la justicia
social ante la cerrazón y el absurdo de jueces y magistrados, de fiscales y de
procuradores que con total descaro se atrevieron a citar a declarar a nuestros
familiares desaparecidos y sentenciaron que si no se presentaban se les aplicaría
“una medida de apremio”.
En
estos 15 años nos hemos encontrado con personas y organizaciones con quienes
hemos coincidido, trabajado, con quienes nos hemos organizado y resistido. A
ellas y ellos les agradecemos desde el corazón y la memoria su paciencia, su
palabra y sus infinitas ganas de seguir construyendo esos otros mundos
posibles, donde quepamos todas y todos.
Queremos
reconocer y agradecer a quienes iniciaron esta búsqueda y se fueron exigiendo
la inmediata presentación con vida de sus hijas e hijos, nuestras amadas doñas:
Thelma, Rosa María, Lucina, Manuelita, Lichita, Delia, Laura, Guillermina,
Martha; a quienes estuvieron desde siempre a nuestro lado, como los queridos
tíos Raúl Álvarez Garín y Juan Gelman… su ejemplo guía nuestro caminar.
Abrazamos
entrañablemente a los familiares de todas y todos los desaparecidos, las madres
y padres, las esposas, hermanas que con el dolor a cuestas viven, resisten, se
organizan y luchan por la verdad y la justicia, por un mundo más digno y justo.
En los últimos años, hemos conocido a otros hijos, algunos pequeños en edad
pero grandes de corazón y pensamiento, en ellas y ellos nos hemos visto
reflejados, en la mirada de sus madres encontramos a las nuestras.
Compartimos
la alegría, el abrazo y la rabia de quienes no están, desde Epifanio Avilés
Rojas, maestro guerrerense desaparecido por el ejército en 1969, hasta los 43
normalistas de Ayotzinapa. Por eso también queremos decir, ahora que en todo el
mundo se sabe que en México hay desapariciones forzadas, que desafortunadamente
esto no es nuevo, tiene un largo historial. Al menos desde hace 45 años el
Estado mexicano secuestra y desaparece a sus opositores políticos y con el paso
del tiempo, a la sociedad en general, convirtiéndose así en un estado similar a
las más atroces dictaduras, aunque exista la simulación de las elecciones
periódicas.
La
desaparición forzada de los 43 normalistas sintetiza hoy el terrorismo de
Estado en México, aquel que desde hace décadas han denunciado las doñas del
Comité ¡Eureka!, las de Sinaloa, las de Chihuahua, los familiares de AFADEM.
Ese terrorismo de Estado que desde hace 15 años enfrentamos organizadamente.
En
este día, nuestro aniversario tiene un sentido agridulce. Por un lado
celebramos nuestros 15 años de vida con la misma alegría rabiosa de quienes nos
enseñaron a ser dignos ante cualquier circunstancia, y por el otro, seguimos
denunciando los cinco meses de impunidad en la desaparición forzada de los 43
estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Como desde el
primer día, seguimos exigiendo su inmediata presentación con vida, así como la
de decenas de miles de desaparecidos desde hace más de 45 años.
Nos
encontramos nuevamente ante un panorama desolador en nuestro país, volvemos a
vivir el desprecio, el sinsentido y la indolencia gubernamental que padecieron
nuestras abuelas y nuestras madres en sus búsquedas y exigencias a lo largo de
estas cuatro décadas de impunidad. A pesar de ello, a 15 años de lucha y
dignidad, nosotros (a diferencia de quienes mal gobiernan este país) no nos
cansamos, seguiremos adelante, seguiremos buscando a nuestras madres, a
nuestros padres y a todos los que nos faltan, seguiremos exigiendo verdad,
justicia y memoria para nuestra sociedad.
PORQUE LAS Y LOS DESAPARECIDOS NOS
FALTAN A TOD@S
NO OLVIDAMOS. NO PERDONAMOS. NO NOS
RECONCILIAMOS
Hijos por la Identidad y la Justicia
contra el Olvido y el Silencio
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