Por:
Linda Flores (@Magnolisima)
Ahora
no sostengo más testimonio que éste,
cruel,
de la madera desnuda en la que sólo
el
hachazo penetra.
Rosario Castellanos
Ninel Conde, Gabriel Soto, Inés Sainz,
y Carlos Loret de Mola, estaban contemplados para participar en el “Congreso
Nacional Juventud Hoy[1]”, que se realizaría en la
ciudad de Chihuahua, 8 y 9 de mayo, sin embargo, se canceló "por falta de
respuesta de la sociedad". Los objetivos del evento eran orientar y expandir las ideas de los jóvenes por medio de conferencistas
"de gran nivel" donde, por ejemplo, Loret de Mola, aparentemente hablaría
de la honestidad en los noticieros.
El contexto de los jóvenes invitados al
evento tiene como antecedentes [2] 446 muertes violentas de
mujeres en el 2010, 364 en el 2011, 203 en el 2012, 156 en el 2013, y en lo que
va del 2014, son más de 50 nombres de
mujeres asesinadas; en su contraparte, la Fiscalía Especializada en Atención a
Mujeres Víctimas de Delito por Razones de Género (FEM) reconoce de todas estas
muertes dolosas solo 11 feminicidios en todo el estado (cinco en la zona norte
y seis en centro y sur).
En Chihuahua, hemos sido testigos del olvido
gubernamental a jóvenes víctimas de feminicidio, como Lizbeth Berenice Chavira
Arenas[3] de 13 años, a quien el 16
de febrero la encontraron torturada sexualmente y asesinada en la colonia Nuevo
Triunfo. Después del feminicidio de Berenice, no se dijo nada de las denuncias
previas que vecinos de la escuela donde estudiaba hicieron días antes; según el
noticiero local ABC Noticias, habían tratado de “levantar” a dos chicas
estudiantes de la secundaria. En entrevistas recientemente hechas a padres y
madres de familia que viven en la colonia Chihuahua 2000, la única alternativa
para que sus hijos estudien es la secundaria Plutarco Elías Calles 3059 (turno
matutino), y 3066 (en el turno vespertino), y aunque las personas entrevistadas
saben que la escuela no queda exenta de los problemas de la zona (pandillas
dedicadas al robo de autos, robos, venta y distribución de drogas y armas), no
tienen otra opción debido a las distancias y costos de una escuela particular.
Una de las entrevistadas, la señora Elena L. - de las mamás más jóvenes
que he conocido-, me explicaba que los estudiantes no han sido ajenos a
violencias que tienen que ver con género: “han habido jovencitas que viven
sexting, han violentado a niñas en su imagen e identidad.” Y el señor Tomás, afirma
que “también ha habido muchachitas embarazadas, madres adolescentes y no se hace
nada para prevenir embarazos.”
Otra parte del paisaje local, ha sido la
constante exposición pública de jóvenes que han sido asesinadas, y los medios
de comunicación[4]
son pieza clave para justificar tales hechos, por ejemplo, en el caso de Yajaira
Sánchez[5], una joven de 16 años que
murió igual que el seminarista Samuel Gustavo Gómez[6], y muchos otros jóvenes
del país, se convirtió en blanco de ataques[7] por quienes sin ética, hurgando
en su vida, construyeron hipótesis justificando su asesinato, y de víctima la
convirtieron en victimaria, al final, lo único cierto es que la FEM no
intervendrá en el esclarecimiento de su asesinato por no considerarlo un
feminicidio.
A mi parecer, como alguien que
diariamente trabaja con jóvenes, la mayoría de los eventos gubernamentales no son
opción para encontrar respuestas a las preguntas de las juventudes mexicanas.
Muchos estudios sobre jóvenes dicen que las juventudes son apáticas, pero a mí me
queda claro que no es apatía lo que viven las juventudes, y no comparto la
opinión de los diagnósticos [8] donde hacen
corresponsables de la violencia a los jóvenes, considero que lo que hay que
entender es el profundo desencanto por las propuestas que tienen para ser
partícipes del entorno, por una parte, escuchar a Ninel Conde y Gabriel Soto,
por otra, la desilusión posterior a sumarse a actividades ciudadanas donde también
enfrentan violencias, como esas que describe Danush Montaño [9] surgen cuando llegan con su
“honesto sentimiento de ciudadanía”, y ese sentimiento se disuelve al escuchar:
“Si no marchas no te quejes”, “Es tu deber como ciudadano”, “Marcha por aquél
que no puede”, y como alguien que en su momento llegó igual que Danush, agregaría,
pareciera se pasa lista en las acciones de activismo, muchos hombres que llevan
el puño arriba y gustan gritar en las marchas creen que es obligación de sus
compañeras mantenerles la cama caliente, o cuando mujeres jóvenes se empiezan a
interesar en temas de género y feminismo, las más grandes –de edad-, construyen
–consiente o inconscientemente- cercos simbólicos a sus líneas de trabajo,
también, a “los nuevos reclutas” se les heredan las peleas entre grupos y, por
ende, se perpetúan chismes e intrigas.
Otros elementos tiene que ver con
quienes dirigen los grupos y hace crítica social, por ejemplo, es de gran
desencanto saber que políticos que ocupan cargos vía plurinominal
–evidentemente cuotas políticas-, son familiares cercanos de quien motivan a
los jóvenes a la crítica política y partidista, igual pasa con quienes han
saltado de un partido a otro y aunque se “deslindan” públicamente del partido,
sus familiares cercanos están ahí y son una cuota que “los deslindados” piden a los
partidos.
Hay un adagio frecuentemente usado:
“lo personal es político”, pero hablando de jóvenes queda claro que lo político
se hace personal, los jóvenes son críticos y conscientes del entorno, no creen
que las luchas ciudadanas se hagan desde la manipulación y la guerra sucia entre
políticos y organizaciones, por ejemplo, de un reclamo tan legítimo como el
“caso Leyva [10]”
donde el Lic. Leyva declara “ser emblema de las luchas ciudadanas”, justo
cuando tiene a un grupo de jóvenes y no tan jóvenes apoyándolo, usa la foto de
una diputada para exponerla a la mofa sin explicar de qué se trata, y con sus
propios actos pierde credibilidad ante los ojos de unos que creen en la
participación ciudadana. Analizando la situación con un grupo de jóvenes la
conclusión fue, “quien nos represente en las luchas ciudadanas no puede
incurrir en vilezas iguales o peores que las de la clase política mexicana, me
sentía representado, ya no.” Por ello creo que lo urgente en México no son
héroes y heroínas autoproclamadas, son programas, acciones incluyentes y
política pública con discursos que nos hagan confiar y fomenten ese “honesto
sentimiento de ciudadanía”.
Excelente análisis. La juventud es capaz de una interpretación autómoma, concreta de su realidad, por ello no sigue los programas de manipulación que se les ofrecen. Gracias por este artículo preciso, que aclara muchas dudas
ResponderEliminarDirecto y a la cabeza!
ResponderEliminar