Por Antonio Gonzáles
En
los últimos días se ha difundido la noticia[1] del descubrimiento de
fosas comunes en el estado de Texas donde se afirma que los cuerpos que estaban en las fosas no presentaban el
cuidado debido que por ley se le tiene que prestar a los restos, puesto
que no estaban identificados ni registrados en algún tipo de procedimiento
forense, al parecer algunas partes de los cuerpos estaban tiradas en bolsas para basura. Algo
en común que tienen todas las notas revisadas es la
reiteración que hacen en tanto a la causa de muerte: la muerte al sol en el desierto, y el cansancio como causa de muerte.
Según
los medios revisados, los antropólogos forenses Lori Baker y Krista Lathman, investigadores de la universidad Baylor, exhumaron 110 cuerpos sin identificar en el 2013, y
este año han recuperado 52 más[2] en fosas comunes. Sin embargo, los
medios de comunicación han manejado este suceso como si fuera noticia,
como si hubiera comenzado dos semanas atrás, siendo que el “asunto” de los
migrantes, la desaparición de los mismos, y su muerte por diversas causas -pero
siempre sin ser esclarecida-, es algo añejo, no hay reflexiones que para
quienes leemos las noticias nos hagan comprender y asimilar que esta violencia no
puede sino crecer con los años; tanto hermetismo e información confusa sobre el
tema de las migraciones sólo abre la cabeza a más preguntas, a más fantasmas
deambulando por el desierto, con sed de esperanza, y a más familias esperando
razones de esos que se fueron y de los que ya no volvieron a saber nada.
Dejando de lado las causas de la muerte, dando la
posibilidad -como se reitera- que haya sido todo por cansancio, el hecho de que
los cuerpos no se identifiquen, que no se haga nada al respecto, ni siquiera lo mínimo
(necropsia de ley), da espacio para múltiples violaciones de derechos humanos en las cuales al no investigarse y donde el mensaje doble es un Estado que en apariencia ayuda a cubrir los
actos brutales de los que son víctimas los migrantes y sus familias, abre la puerta al tema de la responsabilidad de asumir tratados internacionales en materia de migraciones.
Ante
la falta de interés de los diferentes países que conforman las rutas
migratorias desde Sudamérica hasta los Estados Unidos de América (EUA), y de
los estados de EUA (no solo el texano), y debido a que el problema de las
fronteras parece no terminar, y al contrario, se recrudece con el uso de las nuevas
tecnologías orientadas al control de territorialidades, las labores como la
identificación de restos cobran un carácter imperativo en el cual es necesario
promover líneas de investigación conjunta, de identificación y cuidado de los restos para elaborar las estadísticas requeridas para
el conocimiento de flujos migratorios, y
las violencias que afrontan las y los migrantes, es en este proceso donde los
estudios de las migraciones, sus causas
y su historia, serán elementos centrales para poder dar identidad a los restos
encontrados en el desierto, todo apoyado en técnicas de identificación forense, donde, en este caso, EUA debiera de estar asumiendo su responsabilidad y haciendo los estudios forenses correspondientes para después cumplir con obligaciones de
derechos humanos en las cuales es preciso darle paz a los familiares de los
desaparecidos entregándoles el cuerpo que muy probablemente se encontró en esa
fosa común en Texas, o en muchas otras que están a lo largo de todas las rutas
de la migración.
Conoce
algunas referencias:
Madre salvadoreña que en busca de su hija a quien no ve desde hace más de 10 años.
Imagen Por un Chihuahua Libre y Sin Temor
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