lunes, 16 de diciembre de 2013

Comunicado Urgente






Chihuahua, Chihuahua, a 16 de diciembre de 2013


El día de hoy, al igual que hace 3 años las puertas del palacio de gobierno de la ciudad de Chihuahua se cerraron para quienes son fieles a la verdad y la justicia.
 
Hace 3 años fue asesinada de forma brutal y cobarde la señor Marisela Escobedo mientras estaba en plantón permanente a causa de la impunidad gubernamental mostrada ante el feminicidio de su hija Rubí Fraire, y hoy, un grupo de defensoras y defensores de derechos humanos, ciudadanía con memoria, sobrevivientes de diferentes violencias -entre ellas, madres de víctimas de feminicidio- fuimos atacadas simbólicamente por parte de autoridades gubernamentales: se nos cerró la puerta del palacio de gobierno cuando se colocaban velas y una ofrenda floral en el memorial de la señora Marisela Escobedo.
 
La criminalización hacia quienes tenemos voz y conciencia propia, y nos asumimos como defensoras y defensores de derechos humanos ha sido una constante.
 
El acto de una puerta cerrada es un mensaje claro que no podemos dejar pasar, no después de que cerraron la misma puerta a una mujer antes de ser asesinada, o cuando cerraron la puerta a quienes nos manifestamos por los cobardes asesinatos del señor Ismael Solorio y la maestra Manuelita Solís.
 
Por ello exigimos se respete la integridad y la vida de quienes defendemos los derechos humanos; exigimos termine la criminalización de la voz no oficial y que se respeten los proyectos y acciones de quienes no somos parte de la simulación gubernamental. Exigimos se cumplan las recomendaciones emitidas por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos con respecto al asesinato de la señora Marisela Escobedo (44/2013).
 
Responsabilizamos al Gobierno de Chihuahua por cualquier atentado a defensor o defensora de derechos humanos por no brindar las condiciones adecuadas para salvaguardar su vida e integridad.
 
¡Basta de criminalización a la protesta social, basta de simulación gubernamental!
 
Por que recordar es nuestro derecho decimos:
 
¡MARISELA VIVE!
 
¡NI UNA MAS!
 
Organizaciones y Grupos 





Equidad y Autonomía en Movimiento A.C

Centro de Derechos Humanos de las Mujeres A.C.

Bordamos Feminicidios

Círculo de Estudios de Género A.C.

Grupo Género Parral

Grupo Promotor de los Derechos Políticos de las Ciudadanas

Por un Chihuahua Libre y Sin Temor

Red por la Participación Ciudadana
 



 Personas

Ana Colchero (Actriz, escritora, Defensora de Derechos Humanos)

Mónica Mayer (Artista Visual)
Minerva Valenzuela (Actriz, cabaretera, defensora de derechos humanos, activista)

Blanca Portillo (Defensora de derechos humanos)
Edith Méndez Ahuactzin (Defensora de Derechos Humanos)
Francisca Jiménez (Defensora de derechos humanos)
Horacio Almanza Alcalde (Dr. en antropología, defensor de derechos humanos)
Irma Portillo (Defensora de derechos humanos)
Jorge Verástegui González (Defensor de derechos humanos)
Liliana Pedroza Castillo (Escritora, Defensora de derechos humanos)
Linda Flores (Defensora de derechos humanos)
Luis Iván Tarín Alcala (Defensor de derechos humanos)
Melissa Domínguez Ehuan (Defensora de derechos humanos)
Rosa María Sáenz Herrera (Defensora de derechos humanos, abogada)
Bertha Hernández Tamayo (Periodista independiente, defensora de derechos humanos)
Jesús Robles Maloof (Defensor de derechos humanos)
Silvia Heredia Martínez (Defensora de derechos humanos. Paso a paso, Honduras)
Óscar Gonzalo Márquez (Defensor de derechos humanos. Honduras)
Nitza Sitlaly Alvarado (Defensora de derechos humanos)
Mitzy Paola Alvarado (Defensora de derechos humanos)
Deisy Alvarado (Defensora de derechos humanos)
María de Jesús Alvarado (Defensora de derechos humanos)
Juan Carlos Solís (Defensor de derechos humanos)
Israel Gayosso (Poeta, activista)
Esperanza Penagos (Mtra. en antropología, investigadora, académica)
Gerardo Batista (Investigador, catedrático, académico)
 

Otro año sin Marisela Escobedo:

Por Liliana Pedroza (@Liliana_Pedroza):

MUJER:

Dijo que si la iban a matar que fuera enfrente del Palacio de Gobierno, para vergüenza de ellos. Y la mataron.

Allí mismo.
Sí. Un hombre que se bajó de un carro, la siguió y le disparó en la cabeza.


Ningún policía se acercó a auxiliarla, ni con los gritos ni con el ruido del disparo. Sola la calle a esas horas de la noche frente al Palacio, dicen que no escucharon nada.

La mataron por andar buscando al asesino de su hija. Por encontrarlo con sus propios medios.
 

Por exigir que se le detuviera sin lograrlo, después de que se confesó culpable ante los jueces y él mismo los llevara donde estaban los restos de Rubí, en un bote, quemada y descuartizada. Por caminar de Juárez a Chihuahua para pedir justicia. Por quedarse durante días frente al Palacio de Gobierno como si con ello se le fuera la vida. Y se la quitaron.
Por eso estoy aquí también… por mi hija que hallaron en un terreno baldío, sin ropa y sin vida, con marcas de golpes en el cuerpo.

Estoy pidiendo justicia frente a esta cruz de clavos, cada clavo es una muchacha muerta…, son tantas…., no sé dónde martillar el mío, dónde poner a Alejandra, a mi Alejandra. Para pedir justicia o muerte como Marisela. Justicia o muerte.

Muerte.

Muerte.

Porque la justicia y el consuelo no llegan.

Muerte. Que me arranquen este dolor de una vez.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un relato sobre la trata de mujeres en Chihuahua

Por Linda Flores (@Magnolisima)


En la cultura patriarcal contemporánea una figura masculina perita en las artes del panóptico y reside en la conciencia de la mayoría de las mujeres. Éstas están constantemente expuestas a su mirada y a sus juicios. La mujer vive su cuerpo como si estuviera expuesta a la mirada del otro, de un ojo patriarcal y anónimo.

Sandra Lee Bartky

 


“A los 30 años las dejan irse pero no se quieren ir, ya se quedan”[1] Eso fue lo que me dijeron cuando hablaba de mujeres desaparecidas y trata de mujeres con hombres que estoy segura saben bien del tema.

Sus palabras me remiten a lo que investigo desde hace meses: el “ciclo de las mujeres en situación de prostitución” entendido como las etapas por las que van transitando desde que son enganchadas o las levantan y se las llevan para que se prostituyan para sobrevivir y no convertirse en mujeres desecho (o una asesinada más).

Para comprender la trata de mujeres se tiene que estudiar la prostitución, si no se corre el riesgo de caer en prácticas funestas donde las mujeres más vulnerables, las prostitutas serán –más- criminalizadas y expuestas a juicios morales, conservadores y clasistas que tienen la tendencia a criminalizar la pobreza, la sexualidad, y confundirán con toda la intención discursos como el de Martha Lamas cuando dice que el cuerpo puede entenderse como una oficina, y así empezar a fomentar juicios moralinos y decir que están ahí porque “les gusta”.

Cuando he comparado las entrevistas e historias de vida que tengo me queda claro que ninguna mujer nace para ser puta, y afirmo esto porque sus contextos no cumplen precisamente con los puntos de las leyes de las mujeres a una vida libre de violencia, las convenciones de derechos humanos de niñas y niños o los jóvenes. Pero es este contexto patriarcal en el que vivimos lo que lleva a que la vida de las mujeres termine siendo vivida en un infierno.

Hay 4 casos de mujeres desaparecidas que me revolotean siempre en la cabeza: cuando desaparecieron eran menores de 24 años. La mayor de 23 se veía de menos años por sus rasgos físicos y la menor de 16 –al menos en fotos que su familia me ha enseñado- se ve mayor. A las 4 les han colgado amoríos con hombres relacionados con algún cártel de la droga, el ejército o policía ministerial ¿Será que hay un vínculo estrecho entre estos tres grupos? No me extraña que lo primero que hagan los aparatos encargados de procurar e impartir justicia sea criminalizar a las jóvenes, pero, con estas afirmaciones quienes investigan el caso remiten a estudios que he leído sobre “padrotes”, por ejemplo, se dice que la vulnerabilidad afectiva, la idea de amor romántico y todos los elementos de una sociedad donde se criminaliza a las mujeres que tienen una identidad propia, ejercen su sexualidad libremente, o se dedican al trabajo sexual remunerado, o en este caso, por la causa que fuere se ha dedicado a la prostitución, son formas para acusar a las mujeres y ejercer control sobre sus cuerpos y sus vidas, por ende, son elementos que responden al por qué las mujeres no se van, si es que de verdad las liberan a los 30 años.

 

Considero existe una estrecha relación entre lo que dicen los estudios sobre “padrotes” y los hombres del crimen organizado que primero “levantan” a las mujeres para después forzarlas a dedicarse a la prostitución (que generalmente se acompaña por el empaquetamiento y distribución de droga), por ello es urgente cuestionarnos cómo se fomenta la normalización de las violencias a las mujeres donde aún se considera que “las putas” son la parte mala de la sociedad, son un “mal necesario” y que de no existir habría un aumento en los abusos sexuales, aquí bien podría citarse algo de la Sentencia del Campo Algodonero: "...la creación y uso de estereotipos se convierte en una de las causas y consecuencias de la violencia de género contra la mujer." (Campo Algodonero, 2009, p. 45.)

Recuerdo un comentario que dejaron en una nota de un diario digital que hacía referencia a una violación, un lector, un hombre escribía algo más o menos así: “habiendo tantas mujeres para eso”. Había otros post hechos por mujeres que avalaban la primera afirmación. Quisiera saber en el imaginario colectivo cuáles son las mujeres que son para ser violadas, quizá ese imaginario también perpetúa la idea de hombres incapaces de controlar sus pulsiones sexuales. Me queda claro que quienes también son compradores y fomentan se sigan reproduciendo las violencias (desapariciones, ejecuciones, feminicidios) en un alto porcentaje son o fueron servidores públicos –esta afirmación se comprueba con las múltiples notas de periódico- donde la omisión también los hace responsables. Entonces es ingenuo pedir se denuncie la trata de personas y medir el problema estadísticamente, cómo hacerlo en una atmosfera de impunidad y corrupción. En Chihuahua existen según cifras oficiales menos de 10 casos por trata de personas, y ello no significa sean todos, y menos, se esté atendiendo el problema, sin embargo las cifras pueden argumentar lo que es conveniente para los intereses de quienes nos gobiernan.

Hace unos meses en Chihuahua empezamos la campaña NO A LA TRATA. Sin Cliente No Hay Trata, y la intención de la misma no es criminalizar a las trabajadoras sexuales, es una invitación a los clientes a cuestionarse cómo es que las mujeres llegaron ahí, entre otras cosas se quiere hacer visible que ninguna mujer nació para ser puta y que las causas que las tienen en esa posición de subordinación en la mayoría de los casos son resultado de la violencia social en la que vivimos, esa que vende la vida, pone precio a la dignidad, esa misma que causa anorexia y bulimia en jóvenes, esa que hace que hombres y mujeres se unan al crimen organizado porque pareciera es un crimen mayor ser pobre y la mejor alternativa que tienen de vida es distribuir droga o ser sicarios, por ello nuestra campaña se sustenta en que la dignidad no tiene precio, la vida no está en venta y que debe de haber otra forma en la que podemos construirnos como sociedad, una sociedad más justa equitativa y en todos los sentidos mejor.




[1] Entrevista anónima, Chihuahua, noviembre 2013.